martes, 15 de marzo de 2011

EL SÍNDROME DE MÜNCHHAUSEN

En la exposición sobre el tema de las adicciones se hizo referencia sobre este síndrome, y para profundizar más en dicho síndrome voy a realizar esta entrada.

El síndrome de Münchhausen es el trastorno facticio más conocido. Este término fue acuñado por Asher y se caracteriza por mentiras patológicas y una conducta errante, de hospital en hospital, fingiendo una enfermedad física inexistente.



Origen del nombre y descripción

El síndrome toma el nombre de Karl Friedrich Hieronymus, Barón de Münchhausen, (1720-1797), famoso por contar historias de aventuras impregnadas de gran fantasía. La propuesta para designar la entidad patológica como síndrome de Münchhausen fue de Asher (1951), quien señaló: Se trata de un síndrome que muchos médicos han visto, pero sobre el que se ha escrito muy poco.

Es el trastorno facticio más conocido. Se caracteriza por mentiras patológicas (pseudología fantástica) y una conducta errante, de médico en médico, fingiendo una enfermedad física. Los patrones principales, según Asher, son el tipo Abdominal Agudo, el tipo Hemorrágico (hemoptisis, hematemesis simulada) y el tipo Neurológico (cefaleas, pérdida de conciencia), aunque también se implican otras áreas.

Podemos describir una serie de características que permiten identificar a estos enfermos:

  • Tienen una sumisión inusual a las hospitalizaciones, así como a las pruebas diagnósticas.
  • Han pasado por múltiples hospitalizaciones.
  • Es más frecuente en varones (en contraste con otros tipos de trastornos facticios).
  • Explican su historia de forma dramática; son evasivos cuando explican sus ingresos hospitalarios y reacios a que se revisen sus historias clínicas.
  • Son pacientes mentirosos y con frecuencia padecen un trastorno límite de personalidad.

Sin embargo, el Síndrome de Münchhausen es mucho más complejo que la simple invención y la simulación de síntomas. El trastorno se asocia con problemas emocionales graves.

Estas personas son, por lo general, bastante inteligentes y llenas de recursos: no sólo saben cómo imitar enfermedades con bastante acierto, sino que también tienen un minucioso conocimiento sobre las prácticas médicas. Pueden llegar a manipular de tal modo que consigan su hospitalización y ser sometidas a tratamientos intensivos y análisis, incluyendo cirugías mayores. Sus engaños son conscientes, pero sus motivaciones y necesidades de atención son inconscientes.

Formas clínicas del síndrome de Münchhausen en niños

En la edad pediátrica existen dos formas:

  • El síndrome de Münchhausen infantil (SMI). El propio niño "elabora y fabrica la enfermedad". Ésta puede darse en preadolescentes y adolescentes entre los 10 y 15 años de edad con frecuentes manifestaciones urinarias o dermatitis ficticias.
  • El síndrome de Münchhausen por poderes (SMPP o SMP). El niño es víctima de la simulación o motivación de la enfermedad por parte de los padres. En esta forma el menor juega un papel pasivo y es, generalmente, la madre quien manipula. Ocasionalmente el padre. Se observa en menores de 10 años.

Síndrome de Münchhausen por poderes

Consiste en la descripción de hechos falsos o en la provocación de síntomas de enfermedades por parte de los padres o tutores de un niño para generar un proceso de diagnóstico y atención médica continuados.

Si en el síndrome de Münchhausen (SM) se describe un cuadro de simulación de síntomas y signos para los adultos que fabrican o inventan enfermedades en ellos mismos, en el síndrome de Münchhausen por poderes (SMP) se describe un tipo de maltrato infantil en el cual los progenitores fingen signos y síntomas y, por tanto, enfermedades, y las atribuyen a sus hijos. Los hijos sirven así de intermediarios de los problemas de los padres, de aquí el nombre "por poderes".

Puede sospecharse un síndrome de Münchhausen por poderes cuando hay:

  • Madres con antecedentes de trastorno facticio.
  • Múltiples enfermedades recurrentes en niños, que en ausencia de sus padres, no muestran síntomas ni signos de enfermedad.
  • Falta de preocupación manifiesta de la madre por la "enfermedad" del hijo.
  • Pruebas diagnósticas con resultados incongruentes con los síntomas.

El síndrome, que puede empezar con la fabricación de signos y síntomas leves y esporádicos, puede conducir a un cuadro gravísimo, incluso puede llevar a la muerte del niño, sobre todo cuando se configura como una situación crónica y persistente y se utilizan sustancias o productos químicos para la simulación.

El peligro que tienen los niños de ser receptores de las agresiones se incrementa por la posibilidad frecuente de ser sometidos a innumerables pruebas y exámenes médicos complementarios e invasivos, para llegar a un falso diagnóstico de una enfermedad inexistente, con el consiguiente perjuicio. Cuando un médico se encuentre ante un cuadro de este tipo debe comunicarlo sin demora a las autoridades.





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