martes, 15 de marzo de 2011

ADICCIONES, PROBLEMA UNIVERSAL


Este tema lo han trabajado mis compañeros Pedro, Carmen y Sara, y la verdad que me ha gustado bastante y me ha llamado la atención ya que desconocía ciertas adicciones que se están dando en la actualidad.

La adicción, según la Organización Mundial de la Salud, es el estado de intoxicación crónica y periódica originada por el consumo repetido de una droga, natural o sintética. Creo que también debemos conocer qué es un adicto. Un adicto es una persona “dependiente” de aquella cosa que domina sus pensamientos y deseos, y dirige su comportamiento y la pretensión de esa cosa se convierte en la actividad más importante de su vida.

Algunos síntomas característicos de las adicciones son:

  • Daño o deterioro progresivo de la calidad de vida de la persona, debido a las consecuencias negativas de la práctica de la conducta adictiva.
  • Perdida de control caracterizada por la práctica compulsiva de la conducta adictiva.
  • Negación o auto engaño que se presenta como una dificultad para percibir la relación entre la conducta adictiva y el deterioro personal.
  • Uso a pesar del daño, lo cual se manifiesta como la práctica continuada de la conducta adictiva. Este daño es tanto para la persona como para los familiares.

    Como ya he dicho anteriormente, existen muchos tipos de adicciones. Algunas de éstas son
  • Cleptomanía: trastorno que consiste en la necesidad compulsiva de robar sin que los artículos sea necesario para el uso personal ni por su valor económico.
  • Ludopatía: trastorno que consiste en la necesidad de jugar continuamente y produce pérdida de control en la conducta del que lo sufre.
  • Tecnofilia: afición a la tecnología. Hay distintos grados de tecnofilia dependiendo de la atracción o dependencia que el tecnófilo tenga hacia las tecnologías. Todo lo contrario de la tecnofilia es la tecnofobia, rechazo a lo tecnológico como miedo irracional al que se justifica por la dependencia que genera desde el punto de vista físico o emocional.

  • Ciberadicción: trastorno de adicción a Internet, o uso problemático y/o patológico del Internet, es el uso excesivo del ordenador que interfiere con la vida diaria.
  • Ninfomanía: trastorno que consiste en una obsesión enfermiza e incontrolable.
  • Mitomanía: trastorno psicológico caracterizado por mentir de forma compulsiva y patológica. Las otras personas se creen las mentiras, y la persona que padece este trastorno acaba creyéndoselo.
  • Ninfomanía: trastorno que consiste en una obsesión enfermiza e incontrolable por el sexo.
  • Drogadicción: enfermedad que consiste en la dependencia de sustancias que afectan al sistema nervioso central y al cerebro y produce alteraciones en la conducta. Los efectos de las drogas son diversos, dependiendo del tipo de droga y la cantidad o frecuencia con la que se consume.
  • Tanorexia: obsesión por estar moreno.

  • Vigorexia: obsesión por la belleza.
  • Co-dependencia: adicto o dependiente a una persona.

Éstas son algunas adicciones entre otras como la adicción a la cafeína, a las compras, al trabajo, a la comida, a la cirugía plástica, a las líneas 906,…

Hay que dejar claro que al hablar de adicciones tenemos que tener en cuenta los siguientes conceptos:

  • Uso: aquel tipo de relación con las drogas en el que, bien por su cantidad, por su frecuencia o por la propia situación física, psíquica y social del sujeto, no se detectan consecuencias inmediatas sobre el consumidor ni sobre su entorno.
  • Abuso: uso inadecuado, susceptible de comprometer física, psíquica y/o socialmente la evolución de la persona o de su entorno.
  • Hablamos de dependencia en aquellos casos en los que, tras un periodo de consumo variable en función de la sustancia, se prioriza la relación con las drogas frente a otras conductas consideradas más importantes con anterioridad. La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:
    • Dependencia física. El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como síndrome de abstinencia.

    • Dependencia psíquica. Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue.


Definido el concepto de adicciones y explicados algunos tipos de adicciones, creo que es importante destacar el consumo responsable. El consumo responsable es intervención y no prevención. La intervención que se está llevando a cabo para prevenir ciertas adicciones no es la adecuada. ¿Por qué? Porque, por ejemplo, las charlas que se dan a jóvenes en los institutos se realizan tarde. Creo que estas charlas se deberían de dar a los niños desde primaria, además de intervenir con los padres. Hay que matizar que las adicciones no sólo hay que relacionarlas con la pobreza, sino también con las diferentes clases sociales.



Algunos de nosotros, cuando ha acabado la exposición de nuestros compañeros, hemos pensado que en realidad tenemos alguna adicción que otra. Y la verdad que me ha llamado la atención la variedad de adicciones que hay, que desconocía, y que hoy en día hay personas que no las aceptan tal y como son.



En conclusión, estamos en una sociedad cambiante, en la que va surgiendo nuevas adicciones, las cuales superan a la sociedad. Las drogas están al orden del día, al igual que determinadas adicciones como la ludopatía, la tecnofilia, la ciberadicción,…..



En relación con esta exposición, voy a exponer las ideas más importantes del capítulo 12 “Drogas y consumos juveniles” del libro de Rafael Merino y Gloria de la Fuente.



Los grupos e individuos se acercan a las drogas con motivaciones diversas (estimularse, tranquilizarse, calmar el dolor, experimentar placer, relacionarse, distorsionar la percepción, trascender las percepciones ordinarias y cotidianas, acceder a otros estados de conciencia,..), modeladas por la trilogía individuo-sustancia-contexto.



Oriol Romaní se refiere a las drogas como “aquellas sustancias químicas que, incorporadas al organismo humano en pequeñas cantidades, tienen capacidad de modificar varias funciones de éste (percepción, conducta, motricidad,..), pero cuyos efectos, consecuencias y funciones están condicionadas sobre todo por las definiciones sociales, económicas y culturales que hacen de ellas las sociedades que las utilizan”.



No todas las drogas generan la misma preocupación, puesto que las demandas actuales desde la perspectiva de la intervención social están centradas especialmente en los jóvenes y dirigidas a los consumos de drogas ilegales. Los jóvenes son sólo un segmento de nuestra sociedad, y es evidente que determinadas sustancias tengan más difusión entre los jóvenes, aunque los adultos utilizan drogas pero con motivaciones y objetivos distintos.



En el contexto de nocturnidad y de intensificación de la fiesta es donde aparecen las drogas legales e ilegales, como lubricantes para llevar a cabo los comportamientos y las actividades pretendidamente juveniles, y con el tiempo su consumo abierto y no compulsivo irá adquiriendo una cierta “normalización”.



Las innovaciones en el ocio juvenil y en el uso de drogas se trasladan rápidamente gracias a las nuevas tecnologías de la comunicación y la información, al aumento de la movilidad espacial entre los jóvenes y por la existencia de un mercado juvenil y festivo muy importante y dinámico.



Las mujeres se inician al consumo de drogas cada vez más en edades y circunstancias parecidas a las de los hombres, pero luego, con la edad tienen niveles de consumo mucho más bajos. Abandonan antes, y si consumen lo hacen con menor intensidad, tienen menos problemas y le dan más importancia a los efectos y consecuencias negativas.



Se perfilan dos modelos de jóvenes relacionados con la fiesta y el consumo de drogas. Uno, mayoritario, compuesto por jóvenes que salen con una asiduidad variable (no todos los fines de semana) que consumen alcohol, una parte también cánnabis y muy ocasionalmente otras sustancias. Un segundo grupo, compuesto por jóvenes que salen asiduamente (casi todos los fines de semana), que alargan las salidas y que consumen drogas referenciadas si cabe en mayor cantidad, así como los estimulantes, y que ocasionalmente experimentan con otras.



El alcohol es la sustancia más utilizada y la más importante para los jóvenes. El tabaco, a pesar de que más de la mitad de los jóvenes lo consumen, no suele ser apreciado por ellos y menos por los adolescentes. El consumo de cánnabis (hachís y marihuana) está en expansión y sigue siendo la droga ilegal más utilizada. Las drogas de tipo MDMA, especialmente las presentadas en forma de pastillas, han entrado en retroceso y están muy contextualizadas en el ambiente de baile y ya no hay apenas adolescentes que se inicien en su consumo. La cocaína está en constante expansión y la mayoría de los consumidores o hacen de forma discontinua y en momentos de intensificación de las salidas y la fiesta. Existen experimentadores y consumidores de alucinógenos, GHB, ketamina, fármacos y otras drogas (su consumo responde más a patrones experimentales).



Desde los años ochenta la preocupación por el tema de los consumos de drogas y en especial de aquellos problemáticos ha llevado al crecimiento de programas de rehabilitación y de prevención del consumo. Este tipo de intervenciones pueden englobarse en lo que podríamos definir como “Programas Libres de Drogas”. Primero se dirigieron a las prevención por la transmisión de enfermedades infecciosas entre los consumidores de drogas por vía endovenosa (intercambio de jeringuillas) y a la multiplicación de tratamientos con metadona (programas de baja exigencia).



La reducción de daños apuesta por el cambio de actitudes ante los consumos de drogas. Partiendo de algunas de las propuestas anteriores la reducción de daños en nuestro campo propone:



  • Conocer las características y necesidades de los consumidores.

  • Considerar las diferentes funciones que cumplen las drogas en los contextos relacionales y festivos de los jóvenes, así como aquellas secundarias o indirectas.

  • Realizar intervenciones desde una perspectiva normalizadota, evitando la marginalización y la estigmatización de los consumidores.

  • Etc.

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